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CONECTADOS
CON LO QUE
SOMOS

 La maldad es algo que las circunstancias, el entorno o la educación enseñan a los hombres; no es innata

Ser coherentes y mantenernos conectados con lo que somos parece ser fácil cuando pensamos en nuestros valores e ideales. Sin embargo, nuestra vida cotidiana es una compleja red de desafíos y problemas que muchas veces nos abruman. Desde la casa, el trabajo, los amigos y la vida afectiva, podemos desconectarnos de lo que somos, es decir, de nuestros valores personales más importantes, como la honestidad, la responsabilidad, la transparencia y el respeto a los demás. 

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El trabajo educativo es apasionante pero bastante agotador. Todos los que de alguna manera estamos involucrados en los procesos de formación de personas sabemos que nos posicionamos como acompañantes y referentes para nuestros estudiantes, sin importar la frecuencia o el cargo que tengamos dentro de nuestra institución educativa. 

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Por esta razón, es necesario que seamos mucho más conscientes de nuestras maneras de actuar, pues las consecuencias de nuestro comportamiento tienen un alcance mucho mayor que en la mayoría de centros de trabajo: los chicos aprenden constantemente lo que observan de nosotros, incluso eso que mostramos y no podemos esconder.

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Este espacio busca reflexionar acerca las formas que tenemos de desconectarnos de lo que somos y esbozar algunas propuestas de re-conexión en las diferentes situaciones por las que atravesamos como comundiad educativa.​

La inspiración: Nelson Mandela

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